Augusto Colombo.
Sin lugar a duda una de las personas, de las muchas que han conocido en los diversos viajes, que más marcó los corazones de Marián y todos los que la acompañaban y cualquier persona que haya tenido el privilegio de conocerle, fue Augusto Colombo. Misionero italiano que llevaba en India más de cincuenta años. Sólo al verle con la indumentaria utilizada en la zona para dar misa y escucharle dar la misma en Telugu, idioma de esa zona de India, se sabía que era un cura misionero. Cuando le conocieron en su primera visita a India, a sus ya más de ochenta años, no pudieron más que quedar impresionados por la energía, bondad, buen humor, dedicación y un sinfín de cualidades de esta persona que había levantado de la nada varios pueblos para ofrecer una vida digna a leprosos y otros desfavorecidos o desplazados sociales donde antes de llegar él no había absolutamente nada más que naturaleza y ninguna presencia del ser humano. No sólo fue el artífice de que estos pueblos se creasen sino que a lo largo de los años desarrolló infinidad de proyectos para ayudar a los que no tienen ninguna opción en esta injusta sociedad nuestra. Proyectos que alcanzaban incluso la envergadura de haber fundado un hospital con facultad de medicina en desarrollo. El amor que todos en ese área tan remota de Andhra Pradesh profesaban por él es indescriptible.
Tras haber disfrutado de varios días completos con él, quedando sorprendidos a cada instante por su ritmo de vida y dedicación por los demás, le prepararon una suite en sus corazones. Cualquiera querría tener a Colombo junto a él en todo momento para poder disfrutar e impregnarse de su energía, buen humor y forma de ver el mundo y sus circunstancias. Desde el abuelo que juega al dominó en un bar cualquiera, al adolescente que pasa las horas con sus amigos sin preocuparse aún de la vida, pasando por el adulto que lucha día a día por seguir adelante. Su espíritu no tenía edad.
Desgraciadamente, cuando el año siguiente volvieron a visitar esta zona, Colombo ya no estaba. Había fallecido unos meses antes en el estado de Kerala. Las concentraciones y demostraciones de afecto cuando sus restos llegaron a Warangal, la zona en la que él había literalmente entregado su vida, fueron multitudinarias y seguidas por todos los medios informativos de nivel nacional. Pero el vacío dejado por Augusto Colombo será difícilmente ocupado por nadie en mucho tiempo, tanto para las personas que dependían de él y su labor, como para todos aquellos que le conocieron y aprendieron de él.
Hermana Visi.
Otra persona a destacar es la hermana Visi, originaria de un pequeño pueblo de Asturias. Al igual que Colombo, llevaba más de cincuenta años en India, era su hogar, tras haber vivido y ayudado durante años en incontables zonas de India, llevaba ya tiempo también en Warangal. Todos, desde niños a mayores, incluso sus compañeras de hábitos la llamaban ¨Ammá¨. Pero debido a su estado de salud tuvo que volver a España, muy a su pesar, porque ella quiere estar con los suyos en la tierra que ama y que a ella la adora. Pero ahora vive en un precioso pueblo de Ávila donde otras hermanas la miman a diario, pero es un estilo de vida al que nunca se acostumbrará.
Proyecto Artesanal de Ayuda en India 